Artistic Revolution is Always Better

viernes, 3 de diciembre de 2010

Gate 34. Seat 44 A. Nonsmoker

Maleta lista. Taxi en la puerta. Boleto y libro en la bolsa. Y los nervios de mi madre que la hacían pensar en que extrañaría ese vaso sucio y fuera de lugar.
Después, registro. Menos de 8 kg? Sí. Cambiar moneda. Caminar, buscar asiento, caminar. Vuelos internacionales, vuelos nacionales. Mochileros, viajeros, familias, solitarios e individualistas. Tiendas con precios cuatro veces mayores al normal. Mexican curious. El Santo shop. Rubias con grandes bolsas mexicanas que podrían ser maletas. Fast food.
Y las aeromozas y aeromozos tan agraciados o nada agraciados o bola de desgraciados que cada sonrisa que te "regalan" viene incluída en el precio del boleto.
Luego el chequeo y el famoso duty free, donde amables visitantes pueden llevar de recuerdo 50 ml de delicioso mezcal joven a tan solo 129 pesitos mexicanos.
  De pronto, el ascenso. Y comienzan los nervios. Tantas cosas revoloteando por mi cabeza; que si sensaciones nuevas, que si sensaciones viejas, recuerdos, emociones y de pronto: yo, elevándome entre nubes y smog, teniendo una majestuosa ciudad con más luces que el cielo -pero cabe mencionar que le hace falta alumbrado público- ante mis pies y verla desaparecer.
Ahora ponganse cómodos en lo que nosotros los llevamos a Frankfurt en 10:15 horas dice nuestro elegante y siempre amable piloto. Y una vez más ein Apfel Saft, bitte. Dankeschön, en lo que los señores del asiento delantero comienzan a matar su miedo a volar de la manera más elegante que encuentran: tomando vino tinto. En cambio yo, siempre he creído que el plástico de aquellos vasos le da un sabor diferente al jugo de manzana, que ahora, me sabe a recuerdos.
  Horas después; habiendo atravesado un gigantesco aeropuerto internacional con cambios temporales a causa de obras internas, haber sido tratada como delincuente, donde me quitaron hasta las rojas botas y revisaron hoja por hoja mi pasaporte. Razón: el botón metálico de mi pantalón había hecho sonar el detector de metales. Lo que realzó mi orgullo: alejarme dándoles la espalda mostrando en ella la leyenda de "Inmigrant Punk" tatuada en mi playera amarilla; después y solo después de todo aquello -dando por hecho un vuelo mas- comencé a incorporarme a la ciudad con estructura de una sociedad perfectamente organizada pero con sus problemas internos, de los cuales solo ellos se enteran. Y quizá alguno que otro vecino astuto. Yo, llena de aeropuerto estaba ahí: Berlin, ciudad de mis sueños.
  Alemán. Alemanes. Rubios. Vietnamitas. Turcos. Papá. Sista´. Puerta. Maletas. Sobrinos, pequeños demonios. Mama-Van. 1° C. Humo saliendo de mi boca al respirar. Tráfico. Ankunft. 
Y cuando desperté, las calles eran blancas, la nieve estaba ahí.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Retrato de Diego

"Porque lo llamo mi Diego, él nunca es, ni será mío; él es de él mismo"
Frida Kahlo 

Retrato de Diego, león cortado, león dormido. Tersa piel que recorre la vida a corazón dispuesto, disperso encanto de rizos oscuros y delgados huesos.
Luna menguante, luna creciente. Creciente, creciente jamás distante. León astral, leo profundo. Diego Cervantes, Diego Darwin, Diego Borges, tan Diego Profundo. Tacto de seda, intensión de fuego. Tigre dentro de paloma fuera de tallo. Estrella en Tierra que de corazón hincado se hinca en el mío.
Palabra sincera, no más que su encanto. Tormenta es antes de Diego, diluvio también y la calma es con Diego abrazo tierno y lagrimas cual cielo.
Sunshine is Diego. Life is Diego. Love is Diego.
Telefono suena, palabras de brazas , sonrisas y llantos. Diego muestra viva de que los brazos son la extensión del corazón. Distorciones ajenas pero jamás lejanas. Mi co-razón.

-Yo, tu nórdica vehemente.

jueves, 14 de octubre de 2010

Sobre la subjetividad del tiempo

¿Qué es el tiempo? Grandioso ¿descubrimiento o invención? del hombre.
Un japonés dijo "Por más esfuerzos que uno haga, jamás podrá descifrar todo lo que se oculta en los recovecos del corazón del humano". Gran enseñanza del tiempo y demás cosas. Porque algo que me pone a pensar mucho y me llama la atención es que no importa cuánto tiempo conozcas a una persona para realmente conocerla. Y me pregunto ¿porqué después de tanto tiempo aún no sé quién eres? ¿porqué después de tanto tiempo no logro descifrar esa mirada, esa sonrisa? Pero me volteo y reflejo en una sonrisa que el tiempo no es condición para poder conocer(te). Y eso hace emocionante, pero cansado, al tiempo.
  Nada raro, pero sí sorprendente es, después de tantos años de vida, no conocerse a sí mismo. Pues, retomando a Haruki Murakami (autor de la pasada cita) por más que uno se esfuerce en descubrir ese corazón; quitarle ese manto; no siempre se logra. Sea tuyo, suyo, mío o nuestro.
  El secreto, quizá, sea el saber desplazarse. Me desplazo, lo desplazo, nos desplazamos. Poniendo mucha atención para observar y notar hacia dónde es que se están yendo o permaneciendo. Todo esto no tiene que ser simple a la vista. No lo es. Es más complicado de lo que se piensa y más sencillo de lo que parece.
El secreto, quizá, sea saber desplazarse. 

 Así que, yo puedo desplazar, colorear, inmacular un sentimiento lleno de emociones y pensamientos en segundos. Y lo equivalente es caminar trece kilómetros. Definitivamente el tiempo no es el mismo, ¿y la intención? Después y detrás de todo igual y el esfuerzo es el mismo.
  Julio Cotázar me enseñó que una imagen no está donde está sólo por el tiempo que los demás pretenden que esté: la imagen se plasma y después llega alguien y pone (o uno mismo a veces lo hace; generalmente inconscientemente) otra sobre aquella y luego otra y otra hasta que uno cree que esa primera imagen ya no está. Pero si le rascas, arrancas y buscas debajo de todas esas imágenes encontrarás la primera. Un claro ejemplo son las paredes llenas de posters promocionales: debajo de todas encontrarás ¿la base? Y yéndonos más profundo, lo mismo sucede con el corazón y la mente. Cada quien decide con qué capa quedarse o si buscar más allá.
El remitente de estas señales (o llámenle como quieran y convengan) es la soledad.
Destinatario: la humanidad.
Oponente: Todos. Por lo tanto, nadie.
 Finalmente el verdadero oponente termina siendo la perturbación del mundo que rodea
 al protagonista.
La subjetividad del momento en que comienza la luz

viernes, 10 de septiembre de 2010

Mi nueva vida en vida















"Si en un relato aparece una pistola ¿hay que dispararla?"
Anton Chejov

El desconsuelo se puede consolar, la soledad se puede acompañar. ¿Y qué se puede hacer con el abandono? Un abandono escondido, un abandono disfrazado, un abandono que intenta pasar por "no-abandono", que intenta pasar por distancia, que intenta pasar por barrera geográfica.
¿De dónde nace el abandono? ¿del olvido? ¿de la decepción? ¿del hartazgo? ¿del miedo? No lo sé. Quizá de todas juntas, quizá de ninguna. Pero algo sí sé, y es que la semilla es el egoísmo.
  No, no me pidas que lo entienda. Por que no lo entiendo, porque nunca lo he entendido, ni pretendo entender el egoísmo. 
Así que matame, mátame como lo estás haciendo. Mátame despiadadamente. Mátame de frente y escóndelo, como lo haces, con mano experta. Mátame para abandonarte yo también. Para saber, al menos un poco, lo que estás sintiendo. Para decifrar ese goce que pareces estar teniendo.
Mátame en vida.
¿Qué más da? Dicen que hay otras vidas. Y yo ya estoy esperando mi nueva vida en vida. Nueva vida en la que tú ni siquiera has vivido, ni siquiera has nacido.


 

jueves, 19 de agosto de 2010

Noctambulario


Esta es una carta que le escribí a Juan, mi querido amigo (uno de los favoritos, consentidos y mejores amigos que tengo), cuando se fue a Colombia. Dejándome, como los demás, en esta ciudad para disfrutar unas largas vacaciones.
Gracias a la constante correspondencia, pude soportar su ausencia.

Es Jueves 7 de Julio de 2010. He estado en el sillón de mi sala por un largo rato. Sobre todo he estado leyendo.
Más bien creo que es viernes 8 de julio, porque, un poco pasadas las 2am, fui a la cocina a prepararme algo de cenar. Luego volví al sillón, me senté en el mismo lugar, y comí.
Volví a leer.
Me gusta la noche. Siento que tiene una energía diferente al día. Me gusta porque además siento un poco como si estuviera sola. No del todo, porque sé que hay otros habitantes guardados dormidos. Pero es precisamente eso: dormidos. Entonces todo está en silencio, como si nadie estuviera.
Hay quienes dicen que la noche se hizo para dormir. Yo siempre he tenido un poco de conflictos con esto, pero finalmente lo acepto: la noche se hizo para dormir y yo para observar. Así que aquí estoy, sentada en el mismo lugar del sillón observando. Y me doy cuenta de cosas que seguro nadie más en esta casa sabe. Por ejemplo:
La calle está vacía y el cuidador (que se supone ronda por las calles cada noche y toca un sivlato avisando) no ha silvado ni una vez y, seguro, mañana, o el día que toque, vendrá a cobrar. El refrigerador suena y el grifo del lavatrastes gotea (ya descubrí cómo remediarlo). Y, lo que seguro nadie sabe y fue lo que me llevó a escribir todo esto es que, la Huggie se levanta en la madrugada y da una vuelta a la caa para inspeccionar si todo está en orden y regresa a dormir.
También descubrí que cuando está muy somnolienta (la Huggie), se le nota más la edad. Camina diferente.
Me gusta leer de noche y, aunque esté cansada, prefiero seguir. siento que a ninguna hora del día logro el mismo punto de concentración y goce con la lectura. Claro, al día siguiente es cuando lo resiento.
En fin, creo que deberá pasar un tiempo más. Sólo así lograré encontrar la verdadera esencia y ¿significado? de esta casa y, quizá, de mi misma.
el tic tac del reloj del comedor (que hace rato acompañaba en sincronía el goteo del lavatrastes) marca ahora las 3:35am.
Esto continuará.

miércoles, 18 de agosto de 2010

La chica del jardín


















No tan estimados Pájaros del Mal;
en estos últimos días de verano los he encontrado visitando, mucho, mi jardín. Primero pensé que era por cosa de costumbre. Un tipo de celebración: en invierno viene la familia a celebrar navidad y en verano vienen ustedes, los Pájaros del Mal.
Me he percatado de que en todo el verano no he probado ni una sola vez la famosa mermelada, ya tradicional, de durazno que se come todos los veranos aquí en casa, ni tampoco el buen dulce de higo de todo los años. Qué raro, pues en estas fechas, los árboles del jardín nos regalan estos ricos frutos.
<<¡Oh! -pensé- pues si no he hecho en todo este tiempo ni mermelada ni dulce. A eso se debe.>> Así que decidí ponerme a la tarea de ir a recolectar frutas al jardín. ¿Y con qué me encuentro? Me encuentro con la grande y no tan grata sorpresa de que ¡todas las frutas están inservibles y ustedes tienen el pico clavado en ellas! Por supuesto, cuando me ven, todos salen volando. Les dan la mano y se agarran del pie: les doy alpiste y se comen la fruta.
Claro que, este año, no habrá (hubo) mermelada ni dulce.
Pájaros del Mal: que tengan alas no los hace libres de comerse mis duraznos, mis higos y mis floripondios.

Sinceramente, la chica del jardín.

domingo, 25 de abril de 2010

Collage de fragmentos


"Un error consiste en creer que si uno transforma un demonio en un héroe, el demonio quedará contento"
Yukio Mishima
En mi fuero interno rogué que jamás dejara de tocar el piano. Y, a pesar de todo, la verdad es que el sonido de aquel piano tomó posesión de mí, y que para mí fue, verdaderamente, cosa del "destino", si podemos eliminar de esta palabra los tenebrosos matices que conlleva. Oír aquel sonido fue algo parecido a haber escuchado subrepticiamente secretos de aquel muchacho.

jueves, 18 de marzo de 2010

Querida



Querida,
Debes odiarme en estos momentos, o al menos estar un poco sentida conmigo. Debes pensar que soy como todas las demás personas, como cualquier otro sujeto que declara amor y de un momento a otro se va, dejándote.

Yo sé que no es la primera vez que te sucede esto y daría casi por hecho que esto te deja pensando, pero quizá no lo suficiente como para poder evitar esta situación.
Debo confesar que en un momento creí odiarte, odiarte de tal manera que llegaría a la frontera de detestarte, pero me quedé un paso atrás de ese límite. Y es que puedes ser desastrosa, un verdadero caos, y en esos momentos soportar es difícil. Me atrevería a decirte que cada abandono que has sufrido ha tenido esta razón.
Yo sé, yo sé, no todo es tu culpa. Lo sé perfectamente. Es culpa de tu gente, de toda esa gente que está contigo. De esa gente que también me llegó a fastidiar… Pero también culpa mía. Mía también porque yo formo parte de esa gente.

Por favor, querida, no tomes esto como una huída (aunque quizá lo haya sido, debo confesar), pero sobre todo, no tomes mis actos como un abandono, porque puedo asegurarte que un abandono no fue.
Creo que ninguna persona podría abandonarte por completo, aunque quisiera. ¡Créeme! Eres enorme. Eres de lo más grande del mundo. Y eres tan fuerte y mágica que dejas en todos, siempre, algo de ti.
Por supuesto que eres difícil. Muy difícil. Pero precisamente eso es lo que te hace tan especial.
Cuando estoy contigo siento unos deseos inexplicables. Me has hecho capaz de percibir una diversidad de sentimientos indescriptibles. Cuando me sumerjo en ti hay ráfagas de viento alborotando mi pelo, seguidas de una tranquila, y luego inmensa, lluvia; que como puede ser cálida, puede ser fría. Polvo jugueteando debajo de mi nariz y luego unos cuantos bochornos. Nubes invaden mi vida contigo.

Quizá todo esto puede sonarte un poco desastroso, pero piénsalo bien, porque es bonito pensar que, después de todo, detrás de esas nubes sigue estando el sol.
Ignora mi enojo. No fue más que algo momentáneo. El problema es que son esos momentos los que me arrancan de todo, incluso de ti, y me obligan a tomar decisiones y acompañarlas con actos. Cosa que no siempre me lleva a la mejor situación.
Bueno, puede que la palabra “obligar” sea un poco extremista, pero ya me conoces.


Perdóname. Por favor perdóname. Puede que mi manera no haya sido la mejor, pero sentía mis manos y pies atados a ti y no lo podía soportar. Era como si me fuera a quedar en lo mismo, sin avanzar, por siempre.
No me quería enraizar. Mucho menos en esos momentos, porque todos sabemos que estábamos pasando por un momento difícil. Y me cansé que todo girara a tu alrededor.
Me daba miedo, mucho miedo. Y fastidio también me causaba. Por eso creí que yéndome lejos podría solucionarlo.
Sé que fui egoísta. Como si huyendo se fueran a solucionar las cosas. Como si en ti las cosas no fueran a seguir igual.
Pensé que no quería hundirme contigo y que dejándote podría ser menos peso para ti. Que sin mí tendrías una razón menos para irte abajo.
Por lo pronto, puedo decirte que en estos momentos me encuentro bastante bien, las cosas son diferentes, aunque no dejo de pensar en ti y en lo que antes era.

El sólo hecho de pensar que pudimos, juntándonos, cambiar las cosas, me produce escalofríos y el miedo me invade haciendo que me aleje cada vez más.
Pero no, cada vez que algo difícil sucedía, yo me alejaba y no paraba de pensar en el día que me iría para que las cosas cambiaran. Y tú tampoco hacías nada. Estabas ahí, alborotada, como siempre, dejándote hacer lo que cualquiera quisiera. A veces hasta llegué a pensar que inocencia no era realmente la palabra que te describía. Y no lo es.
No solucionamos las cosas y eso me obliga a volver. Cuándo aún no sé. No puedo asegurar que sea en poco o mucho tiempo. Pero sí puedo asegurar que volveré. Y lo haré con el mismo, o más, amor de siempre. Y así iremos hacia arriba otra vez.
Llámame soñadora, idealista, egoísta, individualista. Lo que tú quieras. Probablemente tengas razón. Házmelo notar. Pero volveré para que juntos crezcamos como lo soñamos.
Estando contigo siempre me metían en la cabeza que para lograr un sueño, lo primero, es soñarlo. ¿A caso tú ya lo olvidaste? ¿Ha pasado ya tanto tiempo como para olvidarlo? Espero que no.

Sé que el derecho de pedirte algo lo perdí en el momento en que me desaparecí, pero aún así voy a pedirte que por favor no lo olvides y que no me olvides a mí… así las cosas pueden ser más fáciles.
Yo sé, aquí estoy otra vez con mi egoísmo. Pidiéndote cosas mientras tú estás con el alboroto de siempre, envuelta en el caos y yo disfrutando de otras estancias y compañías en cualquier otro lugar.
No supe cómo cambiar las cosas. Cómo solucionarlas. Probablemente mis intentos no fueron suficientes. Pero te juro que durante mucho tiempo no paré de intentarlo. ¿Podría decirse que todos mis intentos fueron fallidos?
Dejé de intentarlo, dejé de pensar en cómo cambiar, en si era yo quien debía cambiar. Dejé de pensar en cómo le haríamos para salir adelante. Y mi última opción fue esta: irme.
Irme porque quizá más allá, en otras tierras, en otras estancias y compañías podría sucederme lo ideal para que, a mi regreso, las cosas fueran distintas.

Pido también que me creas que jamás te engañé. Ni siquiera ahora, que estoy lejos de ti. Ni siquiera mi enfado, mi posible odio, mi desesperación y mi miedo me hicieron mentirte. Todo fue completamente real. Real durante tanto tiempo. Todo fue real, sin que tu constante surrealismo me hiciera cambiar más que para volverme, junto contigo, una surrealista más.
Puedo atreverme a decir que fuiste tú quien me hizo soñadora. Incluso ahora, estando lejos de ti, sigues siendo mi pie para soñar. Pues, aunque nunca te ha gustado, ahora puedo compararte de verdad y crear aún más sueños. Sueños contigo y sin ti.
Somos tantas personas quienes te decimos y te han dicho todas estas cosas, que seguramente ya no debes creértelas. Y seguramente ya no debes creerme a mí.
Pero quiero que sepas que no he dejado de quererte ni un solo día. Y que estoy contigo aunque estés lejos de mi vida, pero nunca fuera de ella.
Nunca fuera de mi vida, querida. Querida, querida mía.
Mi querida Ciudad de México.

jueves, 11 de febrero de 2010

San Valentin


"Está locamente enamorada de mí y, por eso, ya no entiende nada de nada. Esta es la razón por la cual está enamorada de mí".

Groucho Marx


El principio esencial es, en la medida que puedas, no dejar nunca una cuenta pendiente. Está permitido huir mientras uno no sienta las fuerzas necesarias para hacerle frente; pero hay un momento en que debes verlo a los ojos. Si quedan cosas larvadas, el odio se crea y se nutre de sí mismo, con peligro de proliferar.
Somos pasajeros del mismo tren y ya no siento ganas de luchar por tí, porque el amor se equivoca. Ha llegado, por fin, el momento en que soy simplemente testigo de mis sueños. Simplemente vives, simplemente sueñas, más allá de imaginar, de jugar con la mente para no estar presos en esta realidad. Sueños y vigilia son dos caras de la realidad secretamente unidas. Entender los sueños es un camino para conocernos y para cambiarnos. Cuando vives el ahora, ese instante parece real, pero después de poco tiempo pertenecerá a la memoria, y las imágenes de la memoria y de los sueños tienen exactamente la misma calidad. ¡Y a mí de qué me sirve tenerte ya en mis sueños! "En sueños las emociones son abrumadoras". Pero también lo es mi cerebro, la forma en que yo me presento el mundo, lo que determina lo real... pero la realidad debe ser percibida en primera persona. Y ahora todo queda enterrado debajo del corazón porque se puede vivir junto a las heridas y va quedando lo esencial. Lo que podría suceder es que nuevas experiencias vayan cubriendo de vida esta herida, pues he tenido la fuerza de crear, junto al desconsuelo, otros amores, otras satisfacciones.

http://www.youtube.com/watch?v=CuaacrVXQgs

miércoles, 10 de febrero de 2010




Nuestra mente es una esponja, nuestro corazón un arroyo. ¿No te parece curioso que la mayoría de nosotros escoja empaparse en vez de fluir? Ese sábado me pareció denso y sin estrellas, pero la oscuridad de repente se había impregnado de un aire nuevo y limpio. Y luego ya estaba caminando sobre un planeta extranjero donde la hierba es violeta y la tierra azul, y había manojos de estrellas prendidos de los árboles. La tristeza uno puede llorarla, pero la impaciencia de la alegría no es fácil de esconder. Y me parecía tan bonito, posible... tan idiota. Nosotros, observadores terrestres inundados de luz por todas partes, podemos dejarlo al destino. Pero lo que tiene el destino de nuestro y de destino, es lo que tiene de parecido con nuestro propio recuerdo. Y entonces se vuelve difícil todo esto. No quiero dejarme arrastrar por mi imaginación hacia un estado de delirio del cual no vuelva a recuperarme, porque el tiempo me queda un poco ancho en los hombros. Con un corazón lleno de fantasías de las cuales yo soy capitán; con una lanza de fuego, y en un caballo de viento, viajo a través de mi inmensidad y sueño con elefantes rosados con enormes globos de vidrio llenos de agua de colores... estoy completamente loca, pero soy tan derecha que a veces no hay como la excesiva claridad para dejarlo a uno ciego. Debes permitirte hablar un lenguaje completamente disparatado al tratar de expresar un sentimiento, así que me permito de cuando en cuando vomitar un conejito. La sombra de los días amortiguará mis emociones porque tengo una manera de ser y de mostrarme facilmente malentendibles. Y finalmente, la emociones seguirán volando, así que no hay de qué preocuparse.